miércoles, 27 de mayo de 2015

Real

Algunas noches, los sueños adquieren esa intensidad propia de la realidad, haciéndonos creer que, lo que, en ese momento, estamos «viviendo», es real. Dicen que los sueños, entre otras cosas, reflejan los deseos del corazón. Y es cierto. Porque es ahí, en el corazón, donde se guardan nuestros deseos más puros, nuestras alegrías y esperanzas, así como, nuestros miedos e incertidumbres. 

Y, cuando nuestros sueños reflejan esos deseos, nos permiten ver aquello que anhelamos o que echamos de menos. Puede que esta sea la forma que tenemos de vivir lo que en nuestra realidad ya no se nos permite. De reencontrarnos con alguien que ya no está. Es justo en ese momento, en el que nos damos cuenta de que estamos soñando y nos aferramos a esa sensación. Entonces, despertamos y vemos que, en realidad, estábamos soñando.

Mientras mantengamos el recuerdo vivo de aquello que extrañamos, seguirá presente en nuestra vida, porque es ese recuerdo lo que hace que, lo que no «está» siga a nuestro lado, aun cuando no lo haga de forma física.

Por eso y por mucho más, estés donde estés, para mí siempre serás real. 

María Gomariz Calvo