jueves, 24 de septiembre de 2015

Pensamientos

Después de reflexionar sobre ello, he llegado a la conclusión de que, probablemente, lo que nos dé miedo en realidad sea escuchar nuestros propios pensamientos en voz alta. No es que no queramos decirlos, es que admitirlos cuesta más que pensarlos.

El monstruo que se escondía dentro del armario no es más que nuestra cabeza dando vueltas a ese miedo a que nos descubran e indaguen allí donde ni siquiera nosotros queremos entrar. El lugar en el que se junta lo bueno y lo malo. 

El único monstruo que existe es al que damos vida y enturbiamos en una nube de pensamientos que nos impide ver que está ahí, aunque, en el fondo, sepamos que somos los responsables de que siga vivo. Porque, al final, nosotros lo creamos y sólo nos corresponde a nosotros acabar con él.

María Gomariz Calvo

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